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NO mas almohadas

Llamalo cansancio, estres, depresión, ciclo ovulativo; pero anoche explote. Empezó una batalla campal con mi almohada, intentando dormir ella me hablaba y me discutía, me recordaba todo lo malo q me había pasado hace un tiempo, me decía que todo era culpa mía y que ahora nada tenia solución. Me hizo acordar de todos los lindos recuerdos y me hizo ver como ya no estaban y no iban a volver nunca, me demostró que era lo que hice mal y lo que podría haber hecho para prevenirlo.
Maldita y miserable almohada.
Me vi obliagada a despegar mis pensamientos de aquella traidora almohada, y empecé a leer un libro que hace 2 años mi mama me regalo. Me acuerdo patente del momento en que me lo dio, durante mi estadía de vacaciones en su casa, me lo regalo diciendome "Leelo, porque mas adelante lo vas a necesitar". Ella vio lo que me iba a pasar, ella sabia que mi noviazgo de aquel tiempo era todo un fiasco y no iba a durar, y también sabia cuan lastimada iba a terminar. Bendita seas mamá. Después de dos años de juntar polvo en la biblioteca, en un intento desesperado por mejorarme, se me dio por leer ese libro 'La Inteligencia emocional'.
Anoche, con el sentimiento todavía revuelto, abrí el libro en la parte que había dejado de leer anteriormente, y justo el nuevo capitulo hablaba de las relaciones amorosas en donde se produce el abandono en la pareja por una tercera de menor edad. ¿Acaso ese libro lo escribí yo en otra vida?
No podía creer cuanta coincidencia, era como si alguien me hubiera señalado ese capitulo para que yo pudiera leerlo justo cuando lo necesitaba.
A medida que lo iba leyendo, me explicaba los tipos de mentes que los humanos poseemos, explico la evolución que le sucede a nuestros pensamientos, como intentamos oprimir nuestros sentimientos por medio de la razón; en otras palabras, me describió de arriba-abajo y de adentro hacia afuera. No puedo describir con palabras el estado de tranquilidad que me transmitio aquel capítulo.
Ahora por eso lo escribo, lo grito y lo escupo, para terminar de sacarlo afuera y para que me deje de sofocar adentro.

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